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Tipos de suelo de jardín

Para la inmensa mayoría de plantas de jardín, el suelo es lo más importante, ya que les proporciona anclaje y nutrientes, al mismo tiempo que constituye su principal fuente de humedad. Los suelos son tan variados como los métodos de cultivo, por lo que resulta esencial conocer bien el suelo del jardín.

suelos jardín

La composición de la mayoría de suelos más aptos para el cultivo es:

  • 50 a 60 % de minerales, resultado de la erosión de las rocas.
  • 5 % de materia orgánica, descompuest o en proceso (hojas, estiércol, compost, etc.).
  • 35 a 45 % de aire y agua, vita les para el crecimiento de las plantas, así como para la creación de los espacios porosos de la tierra.

La capa superior está más asociada a 1 crecimiento de las plantas; la parte subyacente se conoce como subsuelo .

Índice

Cómo identificar el tipo de suelo de tu jardín

El tamaño y el tipo de partículas minerales del suelo determinan en gran medida el tip y la textura del mismo. El tamaño de las partículas va desde las más pequeñas, como la arena, pasando por la arcilla, el fango, las piedras y la gravilla. La forma más simple de averiguar el tipo de suelo es a través de la evaluación visual del mismo (véase inferior).

Evaluación visual del suelo de tu jardín

evaluación suelos jardín

Entonces, vamos a evaluar el suelo de forma visual y manual. Pare ello, tome un puñado de tierra, humedézcalo con agua y trate de formar una bola. Después, tome un poco de tierra húmeda entre el dedo pulgar y el indice y frótela. Entonces, podrá sentir las partículas que hay en la tierra. Se pueden presentar los siguientes casos:

  • Si es arenosa y no consigue formar una bola,el suelo es arenoso.
  • Si tiene un aspecto ligeramente arenoso y es capaz de formar una bola que se deshace enseguida, el suelo es franco-arenoso.
  • Con los suelos francos se pueden formar bolas y no tienen aspecto arenoso.
  • Los suelos franco-arcillosos se dejan moldear. Si frota un poco de tierra entre el pulgar y el Indice, adquiere brillo.
  • Con el suelo arcilloso se puede formar una bola que seca es dificil deshacer. El suelo es pegajoso y adquiere brillo con facilidad.

Tipos de suelos de jardín

Suelos arenosos en tu jardín

Los suelos arenosos presentan un drenaje libre, se calientan fácilmente en primavera, además, son fáciles de cultivar y resultan idóneos para plantar plantas procedentes de zonas cálidas y secas. Sin embargo, no retienen bien el agua y los nutrientes a menudo se filtran al subsuelo. La erosión puede suponer un problema, sobre todo en zonas expuestas a los elementos.

Los suelos arenosos mejoran con:

  • Aplicaciones regulares de materia orgánica en primavera y en otoño.
  • Acolchado orgánico anual.
  • Incorporación de gránulos retentares del agua en el momento de la siembra, lo que da lugar a plantas más grandes y más leñosas.
  • Aplicación de fertilizantes.

Suelos francos

Un suelo franco profundo es probablemente el mejor tipo de suelo para la jardinería . Además, suelen ser fértiles, presentan un buen drenaje y retienen la humedad. Son fáciles de trabajar y aptos para cultivar la mayoría de plantas. Pero no están exentos de problemas: un cultivo constante puede desembocar en la formación de capas endurecidas bajo la superficie, que frenan el crecimiento de las ralees, así como en una compactación de la superficie a causa de la lluvia, lo que impide que el agua penetre en la tierra.

Los suelos francos mejoran con:

  • Aplicaciones regulares (otoño y primavera) de materia orgánica.
  • Acolchado anual para prevenir la compactación de la superficie.
  • Cambio de la profundidad de cultivo para prevenir el endurecimiento bajo la superficie.
  • Aplicación de fertilizantes.

Suelos de creta en tu jardín

Comparten algunas de sus características con el arenoso, aunque varían en función de si la creta está mezclada con arcilla o con suelo franco, así como de la proximidad de la creta respecto a la superficie. El aspecto más importante de los suelos de creta se refiere al PH ya que tienden a ser alcalinos.

Suelos arcillosos

Constituyen un desafío .Aunque son fértiles, tienden a ser difíciles de cultivar, presentan un drenaje pobre y son propensos a la compactación (en verano pueden ponerse tan duros como el hormigón; en invierno pueden convertirse en un lodazal). Esto se puede solventar con métodos de cultivo apropiados y un tiempo de siembra adecuado .

Suelos limosos en tu jardín

Suelen ser fértiles, pero difíciles de cultivar; su comportamiento es similar al de los arenosos. Sus partículas tan finas resultan muy propensas a la compactación en superficie. Son también muy sensibles a la erosión.Retienen bien el agua, pero es habitual que su superficie se seque, lo que resulta problemático si va a plantar semillas.

Los suelos limosos mejoran con:

  • Aplicaciones regulares (otoño y primavera) de materia orgánica en los arriates mediante el cavado simple o el cavado doble.
  • Acolchado anual.
  • Adición de materia orgánica ligera en la superficie para prevenir la compactación e incrementar la humedad en superficie.
  • Aplicación de fertilizantes.

Sea cual sea el tipo de suelo del que disponga, procure mejorarlo, ya que a largo plazo merece la pena.

La importancia del pH

La escala de pH es una forma de medir la acidez o la alcalinidad del suelo. Un pH neutro corresponde al nivel 7; los valores inferiores denotan acidez, mientras que los superiores indican alcalinidad. El nivel de pH ideal para la mayoría de las plantas debe ser ligeramente ácido (6,5), pero hay una serie de

plantas aptas para todos los niveles. Averiguar el nivel de pH es muy sencillo: en su centro de jardinería encontrará aparatos medidores. Los intentos de cultivar plantas de suelos ácidos, como los rododendros, en suelos alcalinos suelen desembocar en fracaso.

Los suelos arcillosos mejoran con:

  • Adición anual de arena, en una capa de 10 cm y posterior mezcla de tierra.
  • Abono anual con materia orgánica ligera (mantillo de hojas, corteza descompuesta o abono).
  • Acolchado anual.
  • Variación de la profundidad de siembra.
  • Adición de fertilizantes.