Los arbustos para plantar suelen adquirirse como ejemplares cultivados en macetas o bien trasplantados a macetas de una gran variedad de tamaños (hasta 20 litros o más). Sembrar este tipo de ejemplares presenta multitud de ventajas.

Piense qué es lo que quiere conseguir con los arbustos. ¿Los quiere como un telón de fondo para otras plantas o hay algún arbusto floral que quiera destacar en el jardín? ¿Y si planta arbustos perennes de floración invernal?
Todas estas plantas desempeñan un importante papel. Usarlas o no, cómo usarlas y dónde usarlas es una decisión personal.
Los arbustos pueden plantarse solos,en grupos de una misma especie o en combinación con otras plantas. Aportan estructura y solidez al jardín; si elige arbustos con diferentes hábitos de floración, conseguirá una variedad de colores.
Plantar arbustos para aportar color
Plantar arbustos le va a aportar en cuanto a color:
- Contraste entre follajes Cotinus coggyria «Royal Purple», de hojas moradas, o Viburnum opulus «Aurea», de hojas doradas, crean un contraste con otros arbustos u otras plantas perennes.
- Combinación de colores La combinación entre morado y dorado o entre plateado y azul ofrece resultados sorprendentes. Tenga cuidado al combinar plantas jaspeadas; evite la combinación entre plantas jaspeadas en dorado y jaspeadas en blanco o plateado.
- Color en invierno Hay arbustos que se cultivan por el atractivo color que presentan sus tallos en invierno, como Cornus alba «Sibirica», Salix «Britzensis» y Rubus cocli.burnianus. Producen mayor efecto plantados en grupos de al menos tres ejemplares.
Cultivo de árboles, arbustos y perennes: qué hacer y qué no hacer
Plante lo que plante, hay algunas cosas que debe hacer y otras que no debe hacer. Si sigue estas recomendaciones, sus cultivos deberían establecerse de forma rápida y efectiva:
- No retire la capa superficial de tierra del hoyo de cultivo y la sustituya por abono o tierra superficial importada, a no ser que esté creando pequeñas «macetas» en rocas o en grava pura. Por muy malo que crea que es el suelo, al final, las plantas tendrán que acabar aclimatándose a él; por ello, mezcle de un cuarto a un tercio de abono con tres cuartos o dos tercios de tierra superficial.
- Cave un hoyo que sea lo bastante grande para el sistema radicular de la planta (preferiblemente un 50 % más ancho y de la misma profundidad). Afloje la tierra del fondo y de los lados del hoyo con una horca.
- Asegúrese de que el cepellón de la planta que va a plantar esté uniformemente húmedo. A menudo es conveniente sumergir las macetas en agua la noche anterior (los estanques son ideales para tal fin). Extraiga la planta de la maceta para comprobar que el sustrato esté bien húmedo.
- No cave hoyos demasiado profundos. Al situar la planta dentro del hoyo, el cuello (el lugar donde la planta sale de la tierra de la maceta) debería quedar al mismo nivel que el suelo del jardín. Las plantas de raíces desnudas presentan una marca bien visible (del vivero) que indica el nivel donde estaba el suelo antes de arrancarlas. Si planta a demasiada profundidad, está condenando a muerte a la planta. En suelos húmedos y pesados, considere la posibilidad de plantar por encima del nivel del suelo.
- Añada gravilla o arena a la base del hoyo (a no ser que disponga de un suelo de drenaje muy rápido). De este modo mejorará el drenaje y evitará que la tierra se empape.
- Antes de plantar, retire todas las malas hierbas que pueda haber en la superficie.Estas hierbas, aparentemente inocuas, se pueden convertir en importantes plagas, crecen desde el centro de la planta y a menudo es casi imposible erradicarlas por completo.
- Prense bien la tierra a medida que va rellenando el hoyo, sobre todo alrededor del cepellón. Para ello, use las manos o, en el caso de plantas grandes, el talón. Es imprescindible que haya un buen contacto entre la tierra y el cepellón si no quiere que la planta se seque.
- Riegue la planta en abundancia y continúe haciéndolo según sea necesario (por lo general una vez a la semana; en periodos calurosos con mayor frecuencia).