Los jardines que ofrecen mejores resultados son aquellos que se han poblado con las plantas adecuadas y para ello hay que elegir plantas de manera óptima. Puede sonar obvio, pero la vieja máxima de «la planta adecuada en el sitio adecuado» a menudo se pasa por alto. En ocasiones, ello se debe a una mera cuestión de desconocimiento saber cuáles son las condiciones del jardín para poder tomar las decisiones adecuadas.

En otras ocasiones las ansias de cultivar un grupo determinado de plantas, nos lleva a plantar especies que son incapaces de sobrevivir en unas condiciones particulares. Así pues, si dispone de un jardín seco con un suelo cretáceo y fino, tratar de plantar, por ejemplo, rododendros, constituye todo un desafío que no merece la pena afrontar.
Por suerte, existen centenares de plantas para cada tipo de jardín (soleado o sombreado, expuesto o resguardado, seco o húmedo) y para cada tipo de suelo. Muchas de ellas toleran gran diversidad de condiciones, pero otras tantas se han vuelto muy especializadas.
Adaptación de las plantas
A sí pues, del mismo modo que el zorro del desierto dispone de unas grandes y finas orejas para regular la temperatura corporal en condiciones de calor extremo, plantas como la lavanda se han adaptado fisiológicamente al entorno en el que viven, en este caso las cálidas colinas a lo largo del Mediterráneo y Asia.
Entender y saber reconocer estas adaptaciones le permitirá elegir las plantas más adecuadas para su jardín. De esta forma, ahorrará tiempo y dinero, y se evitará la frustración de ver cómo sus plantas se mueren sólo por encontrarse en el sitio equivocado. En poco tiempo verá cómo la elección de las plantas más adecuadas para su jardín se convierte en una tarea fácil. Lo que sin duda le ayudará a no caer en la tentación de comprar plantas sólo por su atractivo embalaje y su deslumbrante presentación. Este tipo de compras compulsivas deben evitarse en la medida de lo posible, ya que a menudo desembocan en fracasos costosos y frustrantes.
Elegir plantas para entornos calurosos y secos
Por más que se tiendan a considerar como las condiciones más duras posibles, lo cierto es que la sequía y el calor son situaciones aptas para multitud de plantas. Plantas que se desenvuelven admiráblemente bien con la más pobre de las dietas. Si dispone de un jardín muy seco y soleado, con un suelo pobre o bien drenado, busque plantas con las siguientes características fisiológicas, que las hacen especialmente indicadas para este tipo de condiciones:
Elegir plantas con hojas adaptadas a entornos calurosos y secos
Las hojas pequeñas reducen la pérdida de agua (transpiración), algo muy importante en lugares expuestos donde el viento puede acabar con las plantas. Al reducir la superficie, las hojas de las plantas como Rhodanthemum hosmariensis disminuyen la transpiración y,en consecuencia, consiguen sobrevivir y mantenerse saludables.
Las hojas plateadas o grises contribuyen a reflejar la luz solar y se convierten en una de las características más distinguibles de las plantas que toleran bien la sequía: si una planta tiene las hojas plateadas, soportará bien las condiciones de sequía. Muchas de estas plantas, como Artemisia arborescens, disponen de un magnifico follaje.
Las hojas velludas sirven a muchas plantas tolerantes a la sequía para retener el mínimo resquicio de humedad que haya en el aire. Por lo general, estas plantas crecen en suelos muy finos o directamente entre las rocas, como Pulsatilla vulgaris, originaria del Reino Unido. En algunos casos, las hojas son tan velludas que tienen una textura similar a la de la piel de algunos animales; de hecho, Slachys byzanlina se ha ganado el nombre de «oreja de conejo» por este motivo.

Las hojas cerosas contribuyen a ralentizar la transpiración y evitan que las hojas se chamusquen en climas muy calurosos. Cislus populifolius dispone de hojas muy cerosas y flores atractivas de color blanco.
El pino de montaña enano, Pinus mugo, presenta un crecimiento muy limitado y dispone de hojas cerosas para reducir los niveles de transpiración.
Las rosetas de hojas gruesas y carnosas poseen una estructura celular expandida capaz de retener la humedad durante un largo periodo de tiempo. Un clásico ejemplo es Agave americana, originaria del sur de Norteamérica. Puede que la más conocida sea Aloe vera, por sus aplicaciones cosméticas.
Adaptación de raíces, tallo y crecimiento al clima seco
Las raíces pivotantes largas y gruesas, como las de Eryngium x oliverianum, lijan la planta en el suelo, buscan y retienen la humedad y el almidón.
Un crecimiento limitado previene la transpiración excesiva en climas ventosos y reduce los daños causados por el viento.
Los tallos espaciados permiten que el viento se filtre por la planta. Esto reduce la transpiración e impide que el viento arranque la planta del suelo. El berceo o estipa (Stipa gigantea) es un buen ejemplo de ello.
Adaptarse bajo tierra en verano
Refugiarse bajo tierra para evitar las altas temperaturas del verano es una adaptación que pone en práctica un gran número de plantas bulbosas. En algunas ocasiones, la planta surge y florece en primavera, como el tulipán o Allium, y en otras, como es el caso de Nerines y Amarillis , la planta florece en otoño.
Elegir plantas para espacios con poca luz
De la misma forma que las p antas han desarrollado estrategias para sobrevivir en lugares secos expuestos al calor, también se han adaptado a localizaciones donde la luminosidad es escasa, como los bosques y las selvas de clima templado. Se trata de combatir por un lado al resto de plantas (especialmente los árboles) y, por otro, condiciones que resultan de esa gran densidad de plantas. Bajo la copa de un árbol, las condiciones pueden ser secas (el agua del suelo es absorbida por el árbol) y sombreadas, en las que la luz disponible para llevar a cabo procesos esenciales como la fotosíntesis es muy reducida.
Si su jardín dispone de un rincón sombreado, decántese por plantas de hojas grandes y de color verde oscuro; si, en cambio, quiere sembrar plantas alrededor de árboles o arbustos caducifolios, inclínese por plantas bulbosas de floración temprana. Las plantas con rafees ramificadas resultan útiles para poblar espacios que de otra forma serian difíciles; si abona el suelo al máximo, será más probable que las raíces se extiendan. Las plantas crecen de forma natural buscando la luz, y las robustas enredaderas de copiosa floración o las plantas herbáceas como Vitís son muy útiles para avivar plantas oscuras y pesadas, como el ciprés de Leyland.
Para combatir estas duras condiciones de crecimiento, las plantas han desarrollado las siguientes estrategias:
Elegir plantas con hojas grandes
Un buen ejemplo de ello son las hojas del magnífico Rhododendron sínogrande. Al incrementarse la superficie de las hojas, aumenta la cantidad de luz que absorbe para llevar a cabo la fotosíntesis.
Raíces ramificadas y rizomáticas

Esta característica permite a las plantas como la fantástica Anemone hupehensis «reubicarse» al extender sus raíces a lugares donde las condiciones son más favorables.
La zarzamora y la ortiga se valen de la misma estrategia.
Trepar
La finalidad es ir en busca de la luz apoyándose en otras plantas. Muchas plantas del bosque lo hacen, como, por ejemplo, la hiedra (Hedera) y la madreselva (lonícera).
Otro ejemplo es la famosa planta de interior Monstera deliciosa, combina la capacidad de llegar al suelo con la de encaramarse a los árboles que crecen en las selvas de donde es originaria usando sus distintivas hojas, gracias a las cuales se ha convertido en una popular planta de interior.
Elegir plantas con floración temprana
Al florecer y generar semillas de forma adelantada, muchas plantas se aprovechan del hecho de que la mayoría de árboles todavía no tienen hojas y, por lo tanto, la luminosidad es mayor.
Entre las plantas de bosque por antonomasia que aplican esta estrategia están el jacinto silvestre (Hyacinthoides non-scripta), originario del Reino Unido, y Trillium grandiflorum, natural de Norteamérica.
Epifitismo
Este término se refiere a la capacidad que tienen algunas plantas de crecer sobre otras plantas huésped sin ser parásitas y sin impedir que éstas florezcan. Algunos helechos y la mayoría de las orquldeas prosperan en las partes más altas del bosque, sobre una planta huésped, pero no se alimentan de ella, sino que obtienen los nutrientes del entorno.
Pigmentación oscura
Muchas plantas del bosque cuentan con hojas con una pigmentación notablemente oscura.
A diferencia de las plantas de hojas plateadas que viven en lugares cálidos y secos, plantas las del bosque necesitan absorber lamayor cantidad de luz posible para poder llevar a cabo la fotosíntesis. La pigmentación oscura se debe a la elevada concentración de clorofila, necesaria para absorber la luz.