
En muchos jardines , plantar perennes van a aportar más color durante los meses de verano ; la mayoría de ellas, además, presentarán una excelente estructura foliar.
Las plantas perennes ofrecen mejor aspecto si se plantan en gran número.
Si planta muchos ejemplares independientes, corre el riesgo de crear un efecto de mezcla poco estética e inconexa. Esto puede parecer demasiado recargada y poco planificada.
Plantar perennes para aportar color y presencia
Una de las pioneras en el uso de colores fue Gertrude Jekyll, una paisajista inglesa que creaba verdaderas obras de arte. Colocaba las plantas en grupos o bloques y equilibraba minuciosamente el color de un grupo respecto del otro. De tal forma, hasta lograr un efecto de naturalidad y fluidez.
En sus diseños, en los bordes exteriores de los arriates se debla empezar con una predominancia del color azul, tras el cual se daba paso al morado, después al color lavanda y, por último, a los naranjas, amarillos y rojos.
Para jardines pequeños puede resultar difícil plantar una misma especie en gran número. En tal caso,trate de combinar colores para conseguir un efecto similar al de la plantación en masa. Por ejemplo, sirvase de cinco o seis plantas diferentes que dispongan, todas ellas, de flores azules. Como Anchusa «Loddon Royalist», Geranium «Johnson’s Blue»,Agapanthus «Windlebrooke», Ceratostigma plumbaginoides y Nigella damascena. Aunque todas estas plantas no florezcan al mismo tiempo, conseguirá mantener un efecto uniforme durante toda la estación.
Una forma tradicional de plantar arriates es siguiendo un esquema jerárquico, en el que las plantas más bajas ocupan la parte frontal, las medianas la central y las grandes la del fondo. De esta forma que se crea un efecto de gradación.
No es recomendable ubicar plantas grandes y prominentes en la parte frontal de un arriate, ya que tapan al resto de plantas; sin embargo, es posible introducir un toque de originalidad a la distribución de las alturas. Una planta alta y translúcida, como por ejemplo Slipa gigantea, aporta un toque de variedad en la distribución de cualquier jardín.
Comprar y plantar perennes
Las perennes se encuentran disponibles en multitud de tamaños, en macetas desde 9 cm hasta 5 litros o más. Es preferible optar siempre por las pequeñas, ya que, por lo genera l, se establecen más fácilmente y necesitan menos agua. A no ser que encuentre una verdadera ganga: si compra una perenne grande a un precio muy rebajado, puede sacarla de la maceta y dividirla en plantas más pequeñas, lo que le permitirá ahorrar bastante dinero.

Antes de plantar, compruebe el tamaño real de la planta y asegúrese de que deja suficiente espacio entre ella y la que va a ir a continuación. Retire la planta de la maceta con cuidado para evitar daños en las raíces [1].
Plántela enseguida (para evitar que se sequen las raíces) en un hoyo más ancho que el cepellón de la planta y de la misma profundidad que la maceta. Rellene el hoyo con tierra alrededor
de la planta, de forma que las raíces estén en contacto directo y no queden bolsas de aire. Prense la tierra con los dedos [2].
Soportes para perennes
Muchas perennes necesitan algún tipo de tutor o soporte para evitar que se desplomen a causa del peso del follaje y las flores. El mejor período para tutorar las plantas perennes es antes de que inicien la fase de crecimiento activo, por lo general a principios o a mediados de primavera. Existen diversas técnicas: puede utilizar materiales naturales, como, por ejemplo, ramas de abedul, para crear una especie de «tienda de campaña» que sostenga a la planta; también puede fabricar una «cesta» atando ramas de sauce o avellano con cuerda y después colocarla boca abajo sobre la copa de la planta o puede usar soportes prefabricados de metal o plástico (se clavan en el suelo alrededor de cada planta).
Use el material que use, lo más importante es colocar los soportes a tiempo para que las plantas crezcan apoyadas al soporte en cuestión; siempre es preferible a tener que atarlas cuando ya son grandes, lo que les confiere un aspecto muy poco natural.